Livianas, nutritivas y tan fáciles de ingerir que cualquier estómago las agradece, las sopas son no solo una opción de alimentación, sino el primer paso al placer de comer.
Suelen utilizarse como primer plato, ese que nos prepara para las sorpresas que una comida sólida nos ofrece. Pero son más que un abreboca. De hecho, son el primer contacto de los bebés con los alimentos y de ellas y la actitud que los adultos tengan al dárselas, depende su relación con la comida en el futuro.
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